31 de marzo de 2010

cual elegir???

SALUD
Atención ciclistas asiduos: el asiento de la bicicleta puede traerles problemas en el amor






Siempre se dijo que hacer deportes es saludable, pero nuevos estudios parecen confirmar que andar mucho en bicicleta provoca problemas sexuales graves. Los especialistas dicen que todo es culpa de los asientos.




Por Sandra Blakeslee.
conexiones@claringlobal.com.ar






Una serie de nuevos estudios sugiere que los ciclistas, particularmente los hombres, deberían prestar más atención a la hora de elegir el asiento de la bicicleta. Los estudios profundizan las evidencias ya existentes de que los asientos de bicicleta tradicionales, con la parte trasera angosta y la parte delantera puntiaguda, juegan un papel importante en la impotencia sexual. Algunos diseños de asientos son más perjudiciales que otros, dicen los científicos. Pero hasta los llamados asientos ergonómicos, para proteger los órganos sexuales, pueden ser dañinos, según los estudios, que se resumen en tres artículos publicados en la edición de septiembre del Journal of Sexual Medicine.

En un editorial que acompaña los artículos, Steven Schrader, un experto en salud reproductiva que estudia el ciclismo en el Instituto Nacional para la Seguridad y la Salud Ocupacional, cree que ya no se trata de “si andar en bicicleta causa o no disfunción eréctil”. En su opinión, “la cuestión es: ¿qué vamos a hacer al respecto?”. Los estudios, realizados por investigadores de la Universidad de Boston y en Italia, determinaron que cuanto más anda una persona en bicicleta, mayor es el riesgo de impotencia o de pérdida de la libido. Mientras tanto, investigadores en Austria descubrieron que quienes practican mountain bike experimentan un trauma relacionado con el asiento de la bicicleta que produce pequeñas calcificaciones dentro del escroto.

Esto no significa que la gente deba dejar de andar en bicicleta, Schrader. Y quienes andan en bicicleta de vez en cuando o por períodos breves no tienen que preocuparse. Sin embargo, los ciclistas que pasan muchas horas en una bicicleta por semana deberían prestar atención, dijo. Y sugirió que la industria de las bicicletas diseñe asientos más seguros y deje de trivializar los riesgos de los asientos existentes. Un vocero de la industria dijo que eran conscientes del tema y agregó que “están por salir nuevos diseños”. “La mayoría de la gente no anda tanto en bicicleta como para sufrir un daño permanente”, dijo el vocero, Marc Sani, editor de Bicycle Retailer and Industry News.

Los investigadores calcularon que el 5% de los hombres que andan mucho en bicicleta desarrollaron, como consecuencia, una disfunción eréctil de grave a moderada. Pero algunos expertos creen que las cantidades pueden ser mucho mayores porque a muchos hombres les resulta incómodo hablar del tema o no asocian el ciclismo con sus problemas en la cama. El vínculo entre los asientos de las bicicletas y la impotencia captó la atención pública por primera vez en 1997 cuando un urólogo de Boston Irwin Goldstein, que había estudiado el problema, aseguró que “existen sólo dos tipos de ciclistas masculinos: los que son impotentes y los que serán impotentes”.

Los ciclistas se enfurecieron y se mostraron a la defensiva. “Dijeron que el ciclismo es saludable y no puede lastimarte”, dijo Goldstein. Según Joshua Cohen, terapeuta físico y autor de “Cómo encontrar el asiento perfecto para la bicicleta”, la industria de las bicicletas escuchó el mensaje. Los fabricantes diseñaron decenas de nuevos asientos para aliviar la presión en las partes más delicadas del cuerpo. Los científicos también siguieron avanzando en sus investigaciones. Desde 2000, se realizaron una docena de estudios en los que se utilizaron herramientas sofisticadas para ver exactamente qué sucede cuando la anatomía humana vulnerable se topa con el asiento de la bicicleta.

El área en cuestión es el perineo, entre los genitales externos y el ano. “Cuando uno se sienta en una silla, nunca pone el peso sobre el perineo”, dijo Schrader. “Pero cuando se sienta en una bicicleta, aumenta la presión en esta zona” siete veces. En los hombres, un canal en el perineo contiene una arteria y un nervio que le suministran sangre y sensibilidad al pene. Este canal corre paralelo a un hueso, dijo Goldstein, y cuando un ciclista se sienta en un asiento angosto, la arteria y el nervio se comprimen. Con el tiempo, una reducción del flujo sanguíneo puede significar que no haya suficiente presión para lograr una erección completa. En las mujeres, dijo Goldstein, las mismas arterias y nervios rodean el clítoris durante la relación sexual. Las mujeres ciclistas no fueron estudiadas en detalle, agregó, pero probablemente sufran las mismas lesiones.

Los investigadores están utilizando una variedad de métodos para estudiar la compresión causada por diferentes asientos. Un método implica instalar una almohadilla especial con 900 sensores de presión en el asiento. La distribución del peso del ciclista luego se registra en una computadora. En otra técnica, se instalan sensores en el pene del ciclista para medir el oxígeno que fluye a través de las arterias debajo de la piel. El flujo sanguíneo es detectado por otros sensores que envían un sonido a una máquina Doppler.

La investigación demuestra que cuando los ciclistas se sientan en un asiento clásico con forma de gota y una parte delantera alargada, una cuarta parte de su peso corporal descansa sobre la trompa del asiento, ejerciendo presión sobre el perineo. La cantidad de oxígeno que llega al pene normalmente disminuye entre el 70% y el 80% en tres minutos. “Un tipo puede sentarse en un asiento y con esto hacer que los niveles de oxígeno del pene decaigan el 100% sin saberlo”, dijo Cohen. “Después de media hora se adormece”. Goldstein agregó: “Este adormecimiento es la manera que tiene el cuerpo de decir que algo anda mal”.

A Goldstein muchas veces recurrieron pacientes que estaban asombrados al enterarse de que andar en bicicleta les produjo impotencia. Un hombre de mediana edad corrió un evento especial de ciclismo en honor a un amigo y, desde entonces, es impotente. Un hombre de 28 años que llegó para una prueba, dijo Goldstein, tenía un flujo sanguíneo en el pene de un hombre de 60 años. Un estudiante universitario que había competido en actividades de ciclismo de alto rendimiento no podía alcanzar una erección hasta que se le restableció el flujo sanguíneo en el pene a través de una cirugía microvascular.

“Hacemos que los chicos usen cascos y rodilleras”, dijo Goldstein. “Pero nadie piensa en proteger el escroto”. Schrader sugiere que los asientos no tengan extremos puntiagudos. Después de descubrir que los asientos de bicicleta tradicionales reducían la calidad de las erecciones nocturnas de los policías jóvenes que patrullaban en bicicleta, persuadió a decenas de oficiales en varias ciudades a utilizar asientos sin punta y está estudiando la función sexual de los oficiales en el lapso de seis meses. Nunzio Lamaestra, un oficial de policía de 46 años de San Antonio, EE.UU., valora su asiento de bicicleta sin punta. “Uno se acostumbra a la forma”, dijo. “Puedo hacer de todo. Incluso andar sin manos”.

Traducción de Claudia Martínez.
© The New York Times

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